"Hoy he sorprendido a mis manos escribiendo tu nombre en un papel. Tantos años juntos, y ahora me traicionáis arrojando a la playa de mi memoria este incomodo recuerdo.
Supongo que hay personas condenadas a la vieja maldición de mirar siempre hacia atrás. Vigilando constantemente al pasado inmutable, y soñando con lo que hubiese pasado si las palabras no hubiesen sido palabras, los actos hubiesen decidido seguir otro guión, y los muertos que uno deja en la cuneta del recuerdo aún nos siguiesen iluminando el camino con sus sonrisas.
Quisiera creer que el balance entre mi pasado y mi futuro, entre lo que soy y lo que he sido, es positivo. Que todas las personas que han llegado han llenado de sobra el hueco dejado por las que se fueron.
Pero lo cierto es que existen algunas personas, no más de dos o tres, cuya ausencia sigue siendo como un arañazo en medio del pecho, por muchos años que intenten enterrarlas en el olvido.
Supongo que ninguna de ellas llegará nunca a leer estas líneas y, aunque así fuese, no se sentirían identificadas con ellas. Nunca supe hacerles entender lo importantes que fueron, y lo terrible que podía ser su ausencia. Nunca hasta ahora.
Ya lo veis, ahora que por fin he encontrado las palabras, me falta a quien decírselas."
(Del blog: "El vertiginoso atleta moral")
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