Cosas que hacer antes de morir
jueves, 12 de febrero de 2009
Voy a poner un cartel en mi puerta que diga:
-“SE BUSCAN COSAS CON LAS QUE DISTRAER EL PENSAMIENTO”.
Últimamente todo anda revuelto. Estoy viviendo un febrero vertiginoso. Voy a mil y no puedo parar, como decía aquella canción. Voy cuesta abajo y sin frenos y sé que de un momento a otro llegará el impacto. La película de mi vida se proyecta ante mis ojos en Cinemascope y en Dolby Stereo Surround y de repente estoy en medio de una de esas pesadillas en la que entras en una dimensión desconocida, un universo paralelo que se repliega sobre sí mismo, ves desaparecer el suelo bajo tus pies y empiezas a caer en picado.
Pero no puedo hacer nada excepto esperar, respirar hondo y engañar a la mente con cosas que hacer antes de morir. En el papel de Ann de Sarah Polley en “Mi vida sin mí”, he empezado a confeccionar listas de cosas que quiero hacer antes de que mi casita de chocolate se derrita y yo me quede como la Sirenita de Copenhague, cuando el castillo de naipes que he fabricado en los últimos años, se derrumbe por completo. Así, quiero: montar en globo, superar mi miedo a volar, comprarme algo extravagante en tonos fucsia, ver las estrellas desde un mirador, volver a bailar bajo la lluvia, dormir en la playa, tener un amigo famoso, aprender a tocar el piano, conseguir que alguien me haga una canción, enamorarme de un desconocido que no me vuelva a romper el corazón… y mil cosas más.
No me gustan los cambios y presiento que en breve todo va a dar un giro de ciento ochenta grados. Tengo el corazón a flor de piel. Por eso, cuando veo una ventana, me voy derecha hacia ella para tomar todo el aire que pueda entrar en mis pulmones y medio litro más, porque creo que me va a hacer falta para superar el vértigo del cambio. Las mudanzas me estresan en todos los sentidos. Aunque el orden ni me obsesiona ni me esclaviza, cambiar las cosas de sitio me puede llegar a desequilibrar emocionalmente. Porque, si hay algo que me saque de quicio, es tener que buscar las cosas que estaba segura de haberlas dejado en un sitio fijo. Cuando ocurre eso, me comporto como un ratoncillo blanco en el laberinto de cartón de un investigador psicópata: voy a los mismos lugares donde creía haber dejado mi trocito de queso, una y otra vez… Me monto en una noria mental y entro en un bucle sin retorno donde no encuentro la tecla de escape.
Si pequeños cambios me crean una psicosis, grandes cambios pueden suponer un maremoto emocional… Por eso busco cosas con las que no pensar. Cosas con las que poner la mente en blanco y dejar que lo que tenga que pasar pase de todas maneras. Total, yo no puedo cambiar las cosas… ¿o sí?
(La Dama)
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12 Gotas de Lluvia sobre mi Paraguas Rojo:
Pues yo:
-Dar la vuelta al mundo
-Viajar en globo
-Hacer puentting
-Hacer surfing
-Aprender a hablar japonés
-Aprender cocina japonesa
-Tocar el arpa
-Conocer a Beckham (y matar a la niña del exorcista: Victoria Adams)
-Ser uan chica Almodóvar
-Presentar "Sé lo que hicísteis..." con Ángel Martín(tendría que lesionar a Patri Conde, pero no puedo porque me cae bien)
-Intentar ser menos superficial
-Ser rica
-Ampliar mi colección de Barbies
-Tener un afgano(o un chihuahua)
-Acabar mi carrera y empezar periodismo
-Asistir a la semana de la moda en París y Milan
-Hacerme amiga de Paris Hilton(es mi ídolo)
Y un millón de cosas más. No me puedo morir aún, me quedan muchas cosas por hacer, jajaja.
Escribes muy bien. Tienes el don de hacer ver todo aquello que escribes a los que te estamos leyendo. Y ahora yo también me veo en ese laberinto de investigación psicopática y sintiendo el vértigo de la desaparición del suelo bajo mis pies...Tus textos me encantan y tus blogs me transportan a otros mundos.
Un abrazo.
Frena, por lo que mas quieras frena. No me gustaría ser testigo invisible de un accidente.
Esperar sin más es un mal remedio como bien dices, aunque me asusta lo que describes sobre casitas que se derriten y naipes que se derrumban.
No acierto a vislumbrar ese fin que anuncias que encoje el alma a quien lo lee. Puedo pensar mil cosas terribles y ninguna ser la real.
Ante una espera de ese rango fatal que preconizas, este alma sin cielo que suscribe dedicaría sus sueños despiertos a
- Inventar mas historias en las que participar ya directamente, sin intermediarios
- Recorrer los ferrocarriles españoles de esquina a otra del país con una mochila repleta de libros y la expectativa de un rostro diferente frente a mi en cada parada que me mostrase la inmensidad de mundos reales existentes a mi alrededor.
- Cazar todos los días de sol posibles y para ello viajar y huir de los grises, (En el tren de antes)
- Regalar abrazos y recoger besos de lenta realización y extremada sensibilidad.
Un beso imaginario como esos, Blas.
Hola Luisa:
Me gusta todo lo que propones, incluído lo de ser amiga de Paris Hilton, parece una chica sin cerebro, pero divertida. Yo también sería su amiga.
Pero no intentes ser menos superficial. El mundo necesita gente de todo tipo: profunda, superficial, alta, baja, flaca, gorda...quiérete tal y como eres e intenta ser feliz.
Un beso
Carlos:
Me encanta que veas y vivas lo que escribo. Eso es un regalo para alguien a quien le gusta contar historias. Vuelve pronto.
Un beso.
Hola Blas, cielo:
Siento haberte asustado, pero detrás de esta historia no hay nada de trágico. El melodrama me pierde... y las licencias poéticas, más.
Me apunto también a esas historias y viajes en ferrocarril (me cuelo en tu mochila). Y si se extravía un abrazo o un beso de esos imaginarios me lo quedo...¿sí?
Me gusta el juego.
Mi listado:
- Cenar contigo en la Luna
- Amanecer a tu lado
- Pasear de tu mano al atardecer
- Bucear en un banco de coral junto a ti
- Inventar esa canción para ti
- Acariciar cada centímetro de tu piel
- Bañarme contigo en un baño lleno de espuma
- Regalarte un sueño cada día
- Compartir un café en París contigo
- Ser lo primero que veas cuando te despiertes y lo último cuando te quedes dormida...
Tuyo x sp.
Lágrimas rolaram de minha face quando li o que escreveste...
besos..besos
Gracias Maestro. Me desborda tu lluvia de halagos, que siempre viene bien en tiempos de sequía. Los guardaré para releerlos en mi kit de supervivencia para catástrofes emocionales...Qué bonito.
Un besazo
Hola Sobalange. Gracias por derramar tu emoción en mi blog.
Un beso, guapa.
Mi comentario es breve:
¿Qué haríamos sin tí, Dama?.
Creo sin dudarlo que este mundo ya no se concibe sin tus ensoñaciones plenas de fantasías unas, de realidades otras.
Nunca tomes el camino ancho...
Nunca caigas en la red...
Nunca nos dejes, Dama.
Es una de mis pelis favoritas la de "Mi vida sin mí". La verdad es que nunca me había planteado el tema, pero antes de irme de este mundo me gustaría que no se me quedaran en el tintero ciertas cosas, como por ejemplo: ir a una gala de los Óscars o a un concierto de Oasis, viajar a USA y a Egipto, que hasta ahora no he podido...bueno: salir del país, que aún no he estado en el extranjero, y muchísimas cosas más.
En realidad lo que prefiero es no tener que pensar en esas cosas porque me encanta vivir.
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