No sé si eran trenes.
salían desde el fuego,
salían desde el fuego,
carreteras con gente como antorchas,
inundando la tarde.
Mirabas hacia atrás,
inundando la tarde.
Mirabas hacia atrás,
veías charcos,
miradas que mostraban lobos dulces,
lobos locos aullando,
lobos desheredados,
lobos lentos muriéndose de amor.
Había niños,
miradas que mostraban lobos dulces,
lobos locos aullando,
lobos desheredados,
lobos lentos muriéndose de amor.
Había niños,
como puzzles bellísimos,
rasgados por el odio.
Unas muchachas
agarrándose al miedo,
con las túnicas sajadas
y asomándose,
rasgados por el odio.
Unas muchachas
agarrándose al miedo,
con las túnicas sajadas
y asomándose,
los delicados pechos
contra el fuego.
Delgadísimos viejos renqueando
entre el polvo y el aire enfurecido.
la ciudad diluyéndose,
Sodoma o Madrid,
contra el fuego.
Delgadísimos viejos renqueando
entre el polvo y el aire enfurecido.
la ciudad diluyéndose,
Sodoma o Madrid,
Mathaussen o Manhattan.
No sé si eran trenes,
ni en qué lugar el dios,
ni en qué creencia,
ni por qué tanto pánico.
Y el cielo era una hoguera rosa
que caía a láminas de sal.
Ella, desnuda,
no sé si descendiendo de un vagón
que saliera temprano hacia el infierno.
(Dolors Alberola)
No sé si eran trenes,
ni en qué lugar el dios,
ni en qué creencia,
ni por qué tanto pánico.
Y el cielo era una hoguera rosa
que caía a láminas de sal.
Ella, desnuda,
no sé si descendiendo de un vagón
que saliera temprano hacia el infierno.
(Dolors Alberola)
2 Gotas de Lluvia sobre mi Paraguas Rojo:
Uff, cuántos recuerdos tristes de aquel día que cambio el mundo, nuestro mundo.
Una parte de nosotros se quedó para siempre en esos trenes.
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