Siento que te estoy perdiendo

domingo, 22 de septiembre de 2013





Desde hace algún tiempo te siento distinta,
no sé qué será pero no eres la misma,
observo en tus ojos miradas
que esquivan la mía,
cansada de tanto buscar tus pupilas
pidiendo respuestas a cada por qué,
pero adivino en ti
algo que empieza a huir
y no quiero entender--
cuando un presentimiento no crea razón,
sólo infunde terror.

Siento que te estoy perdiendo...
perdiéndote.

Y con monosílabos adormecidos
pretendes decir que dialogas conmigo,
tus gestos son más elocuentes,
al menos son signos
de tu indiferencia por todo lo mío
y más si mi afán es hacerte feliz;
qué fue lo que pasó,
dónde estuvo el error
que no pude impedir--
aunque sé que no es fácil decir la verdad
no la digas jamás.

Siento que te estoy perdiendo...
perdiéndote.

Mis labios no encuentran tu beso oportuno,
ni encuentra mi cuerpo en tu cuerpo refugio,
tan sólo pasivo abandono,
distante desnudo
que entregas como algo que no fuera tuyo,
dejándote hacer en ausente actitud;
qué mortal desazón
es hacerte el amor
cuando ya no eres tú.
No quisiera saber, cuando sueles llorar,
en qué brazos estás.

Siento que te estoy perdiendo...
perdiéndote.

(L.E. Aute)

Sueños para no olvidarla

sábado, 21 de septiembre de 2013



En aquel encuentro, ella le hablaba con un cariño que él ya había olvidado...

Había quemado las cartas, había borrado las fotos, había votado cada cosa que ella por descuido o como de manera estratégica había dejado en el apartamento para no ser olvidada, había cambiado comportamientos que antes había cambiado para darle gusto a ella, había olvidado su nombre, su piel, su sonrisa, había trabajado duro, como sabía de PNL, solía hacer desaparecer los recuerdos atacandolos en su imaginación, quitándoles color,   haciéndolos pequeños y alejándolos hasta que el sol se los comía con su calor y los volvía cenizas. No recorría ya lugares antes visitados, no hablaba con nadie en común, ya no vivía en el mismo país.

Aquello, visto a lo lejos y a lo cerca era un polvo oscuro que se iba echando al mar del olvido al cual ella había sido deparada, y es que para olvidarla, el hizo un ritual, un ritual loco, pero efectivo que consistía, en ir a un funeral y llorar su muerte como real, estas cenizas imaginarias no eran más que un complemento de aquello.

Y para tener un nuevo imaginario, ya soñaba otras mujeres, ya salia con otras mujeres...

Pero esa madrugada soñó que le hablaba, que era feliz a su lado, qué le besaba, que la desnudaba en una esquina, y disfrutaba la vista de su cuerpo de marfil, de sus piernas largas y voluptuosas, soñó que le olia sus cabellos, soñó que en los brazos de alguien, de ella, se podía parar el dolor y el tedio de algunos días repetidos sin remedio por la asesina cotidianidad...

Entonces al despertar pensó en ella, en el baño recordó cuando la quiso meter a un baño y amarla desnuda y tibia, Y cada lugar le recordó a ella, el tranvía le sugirió besos que se dieron en algún transporte, el cabello negro de otras le trajo momentos en que el se enredaba en sus cabellos largos, que el pensaba que eran para ser rescatada algún día como si se tratase de Rapunzel.

Ese día el corazón palpitó su nombre ya olvidado, y así como se piensa en el sexo, él la pensaba cada 5 o 7 segundos, pero para él, alguien que no rompe sus promesas, esto no era más que un penar, no tenia nada de fantastico querer solo, al otro lado del océano, a quien con otro ya habría hecho la tarea de olvidarle y con mejores resultados, y no tenía sentido preparar maletas y volver.

El planeta seguía su ritmo, sueños que hacen los días, ¿Decidimos nosotros que ser cada día? ¿O somos los títeres de un inconsciente que nos absorbe cada noche y nos devuelve untados de sentimientos, de añoranzas que a veces no entendemos?

Buscó solución en los brazos de Juli, en sus ojos profundos, en su sonrisa de cielo, en su piel de seda, en sus palabras de inocente. Se armó de ilusiones a las cuales seguir, se montó a su caballo imaginario, y se quiso hacer el loco. No hubo juegos, no hubo fútbol, ní amigos que lo salvaran.

Había sido poseído por un sueño, estaba en prisión.

Compró una cazadora de sueños, para librarse de esas cosas en el futuro.

Recostado en la cama, sentía que el mundo giraba demasiado rápido, ya estaba cansado de ella, quería bajarse de aquel viaje que no lo llevaba a ningún lado. Miraba la Cazadora de sueños, estaba tranquilo, mañana iba a ser otro día.

... En la madrugada ella soñó con él, no solía soñar, pero esa noche era diferente, él tenía ese perfume que le fascinaba a ella, esa sonrisa semi-divina y semi-diabólica, su cuerpo fuerte y esa mirada de quererla hacer de él que a ella le gustaba tanto, acarició su torso de manera discreta, como quien toca algo que respeta, él le dijo cuanto la queria sin abrir la boca y con su boca le susurró que esa noche no la cambiaría por nada y que ella estaba hermosa y se dejó ir en sus brazos a un beso que traspasaba los océanos y el tiempo.

Ese día otro gallo cantaría.

(Del blog: Las Notas de Seijuro)

La Chica del Pelo Rojo ha vuelto para quedarse

lunes, 19 de agosto de 2013




He decidido acabar con esta sequía literaria...

Sólo sé escribir en dos direcciones: en la dirección del amor y en la dirección opuesta.
El desamor fue mi fuente de inspiración el milenio pasado. Una nueva epidemia de amor ha arrasado mi vida. De ahí mi sequía. La ausencia de amor y el corazón roto me obligan a volver a retomar la pluma, para derramarme de nuevo en palabras, para desnudarme de forma integral ante vosotros: queridos desconocidos. Mi exhibicionismo emocional no conoce límites.

La Chica del Pelo Rojo: ha vuelto... tened paciencia y sed comprensivos con mi torpeza que tropieza reiteradamente con las mismas piedras.

La Dama

Mis tardes con Margueritte

martes, 13 de agosto de 2013


 
Fue un encuentro poco corriente entre el amor y la ternura. En su camino no había duda. Tenía nombre de flor, vivía rodeada de palabras, de adjetivos traídos por los pelos, verbos que crecían como la hierba, algunos se colaban de una forma oscura. Pero ella atravesó mi cascarón y se me coló con dulzura hasta mi corazón. En las historias de amor no siempre hay sólo amor, a veces, no hay ni un te quiero, y sin embargo, queremos. Fue un encuentro poco frecuente, la conocí por azar en un banco de la plaza, no abultaba mucho, no  era más grande que una paloma con sus pequeñas plumas. Allí estaba rodeada de palabras, de nombres comunes como el mío, me dio un libro, luego otros, páginas que estallaron ante mis ojos. No te mueras todavía, tienes tiempo, espera. No es tu hora, pequeña flor. Dame un poco más de ti. Dame un poco más de tu vida. Espera. En las historias de amor no siempre hay sólo amor, a veces, no hay ni un te quiero. Y sin embargo, queremos.”

 
(De la película "La tête en Friche". De Jean Becker  )

Botella al mar

lunes, 12 de agosto de 2013

El mar es un azar
¡Qué tentación echar una botella al mar!

Poner en ella por ejemplo
un grillo, un barco sin velamen, y una espiga
sobrantes de lujuria, algún milagro
Y un folio rebosante de noticias
Poner un verde, un duelo, una proclama,
dos rezos, y una cábala indecisa
El cable que jamás llegó a destino
Y la esperanza pródiga y cautiva
El mar es un azar
¡Qué tentación echar una botella al mar!

poner en ella por ejemplo un tango
que enumerara todos los pretextos
para apiadarse a solas de uno mismo
y quedarse en el borde de otro sueño
Poner promesas como sobresaltos
Y el poquito de sol que da el invierno
y un olvido flamante y oneroso
y el rencor que nos sigue como un perro
El mar es un azar
¡Qué tentación echar una botella al mar!

Poner en ella por ejemplo un naipe,
un afiche de Dios, el de costumbre,
el tímpano banal del horizonte
el reino de los cielos y las nubes
Poner recortes de un asombro inútil,
un lindo vaticinio de agua dulce
una noche de rayos y centellas
y el saldo de veranos y de azules
El mar es un azar
¡Qué tentación echar una botella al mar!

Pero en esta botella navegante,
sólo pondré mis versos en desorden
en la espera confiada de que un día
llegue a una playa cándida y salobre
y un niño la descubra y la destape
y en lugar de estos versos halle flores
y alertas y corales y baladas
Y piedritas del mar y caracoles
El mar es un azar
Que tentación echar una botella al mar.

(Mario Benedetti)

Durmiendo sola

viernes, 12 de julio de 2013



Me gustó ser parte de tu vida,
me gustó ser dueña de tus noches,
compartir contigo tus manías,
me gustó que me besaras en el...

Me gustaron todos tus detalles,
y esa forma tonta en que decías:
"como tú no iba a quererme nadie,
como yo nadie te entendería".

Pero no me tiembla
el pulso si te veo,
y me imagino ya durmiendo sola.

Porque no me duele
este vacío que dejas,
en este amanecer de largas horas.

Del amante-amor al amigo-amor
se me fue el amor, se me consumió.
Y yo que declaré la guerra
a quien nos separaba...

Y te pido aún que me perdones
por fallarte cuando no debía,
por no estar en fechas señaladas,
por marcharme cuando me...
Frente a frente, he roto sin remedio
y te veo más guapo que hace días.

Mira yo no quiero equivocarme,
tampoco seguir esta mentira,
y ay, ay, ay...

...porque no me tiembla
el pulso si te veo
y me imagino ya durmiendo sola.

Porque no me duele
este vacío que dejas
en este amanecer de largas horas.

Del amante-amor, al amigo-amor
se me fue el amor, se me consumió.
Y yo que declaré la guerra
a quien nos separaba...

Del amante-amor, al amigo-amor
se me fue el amor, se me consumió.

Y yo que declaré la guerra
a quien nos separaba.


(Vanesa Martín)

Echarte de menos...

jueves, 11 de julio de 2013




«Invertimos mucho tiempo en llorar la ausencia de quién se fue voluntariamente dejándonos abandonados y con el alma en tierra de nadie. En mi opinión, no pienso que la cantidad del querer esté reñida con la calidad, y, no sé porqué pero pienso que, encerrándonos en esa idea, únicamente perdemos el tiempo y tan sólo se trata de aprovecharlo de cualquiera de las formas. La vida sólo nos libera de absurdos, si no te supieron amar.. sólo queda volar.»

Se ha caído la alcayata que sujeta el calendario por el peso de los días.
Los relojes se han parado pero el tiempo ha ido pasando de puntillas.
Mi pecho contaminado se ha estrechado y no respira,
y me he fumado unas alas para ver de vez en cuando que no es tan mala la vida.

He tenido sueños raros, me he levantado empapado, pero tú ya no salías.
He arañado las paredes, me comí las veinte uñas al ver que ya no volvías.
Y tú andarías pensando que yo me deprimiría,
pero mi cuarto es pequeño y acabé pronto con todo porque ya me las mordía.

No reconozco tus huellas, ni el sonido de tus pasos,
tu perfume se entremezcla en los túneles del metro.
Busco tu cara en los taxis, en los que van ocupados,
me pregunto qué sentido tiene echarte tanto de menos.

Cuando no duermo en mi cama cierro todas las ventanas por si vuelve tu recuerdo,
y por miedo a que aparezcas, y me des una sorpresa, duermo con un ojo abierto.
Desde que ya no me besas dejo que me lleve el viento.
La vida son cuatro días, uno paso en hospitales y otro paso en el entierro.

Intento ser positivo para salir del olvido al que a veces me someto.
No nos tuvimos en cuenta, nos perdimos el respeto pero yo no me arrepiento.
Yo aguantando tus mentiras, tú sin saberlo las mías,
siempre buscando ocasiones para quitar las razones al que más las necesita.

Y yo dejaré una nota por si tú recapacitas,
esto sólo es un aviso para no perder el tiempo.
No sé lo que te preocupa, no sé nada de tu vida,
no quiero ponerme al día, yo ya no te echo de menos.

No reconocí tus huellas, ni el sonido de tus pasos,
tu perfume se entremezcla en los túneles del metro.
Busqué tu cara en los taxis, en los que van ocupados,
me pregunto qué sentido tenía echarte tanto de menos.

(César Rodríguez)
 

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