Buenas noches a todas las amigas que vinieron hoy a alegrar a la novia un día antes de su matricidio. Ojalá se hayan divertido en esta fiesta y lo sigan pasando bien. Para quienes no me conocen, soy la hermana de la novia y, por lo tanto, se me atribuyó la responsabilidad de ser madrina en su matrimonio. Como yo suponía que era un mero título, acepté por amor a la familia. Luego, la novia se convirtió en Godzilla y mandaba a quién se le cruzase en su camino. De esa forma, me presento ante ustedes bajo la amenaza de “hazlo bien”. No me malinterpreten, mi hermana merece ser feliz como quiera y la apoyaré pero no sin antes patalear un poco.
Cuando mi hermana menor me contó que se casaba, lo primero que le dije fue “Despídete de lo bueno”. Le preguntaba insistentemente porqué alguien se amarraba de esa forma a otra persona, su respuesta, tan sencilla y complicada a la vez fue: “por amor”, con una seriedad y ojos de enamorada que iluminaban la pieza; aunque yo, sigo sospechando que debe haber algo más. Ella y el infame llevan casi 5 años de pololeo y convivencia con grandes sobresaltos, según mi hermana: “los clásicos altibajos pero nada que con el infinito amor que nos tenemos no pueda solucionar”. ¿Por qué? ¿Será el placer de sentir la libreta de matrimonio o tal vez decir “mi mujer” o “mi marido”? ¿Dónde queda la metáfora de la jaula que tanto defiende Holly Golightly?
Como supondrán, nunca me casaré. El matrimonio significa la imposibilidad de
terminar rápido una relación en caso de emergencia, como una infidelidad o el
odio hacia la suegra, y un contrato así, no se acaba sino se firma el engorroso
divorcio, lo que es una lata, por lo que me han dicho. Hermana, ¿para qué entras
en el mundo de donde todos quieren salir?
No todo es tan malo, te agradecemos por librarnos de un novio como el que
tienes, que es como Pablo Macaya pero sin el Pablo y sin el Macaya. A ese hombre
le crece la panza a una velocidad que no creía posible y que sólo es comparable
con la aceleración de la caída de su pelo multiplicado por los litros de cerveza
que es capaz de tomar. Es, además, un romántico empedernido; aunque tú le sigas
dedicando las canciones más empalagosas de Yuri, él siempre continuará
dedicándote el reggaetón más denigrante que encuentre.
No puedo pensar que es el dinero lo que te llama la atención, puesto que no
tiene y a ti no te va nada mal. Eres muy osada, no sabía que te gustaran los
deportes extremos. Ese varón que tanto amas y veneras, no es capaz de comprar un
kilo de arroz y no porque no sepa elegir entre las distintas variedades sino que
no tiene dinero para hacerlo. Recuerdo que de pequeñas, mientras yo soñaba con
viajar por el mundo, tú preferías hondar tu imaginación en algún apuesto
príncipe que te rescatara del colegio y tareas hogareñas. Hoy un príncipe y
mañana un sapo.
Habiendo tanto hombre que te amaría y te entregaría tanto, caíste en el último
de la lista, que no duda en tener un “pequeño desliz” cada cierto tiempo, ya
que, como me dijiste: “reaviva la llama”. Cegada, mi pequeña hermana. Disfruta
del último día feliz de tu vida.
Recalco quienes son las que más sufren con esta tragedia: tus amigas. Nos dejas
por un hombre, conservando tan sólo los recuerdos de tantas borracheras y
locuras y con la desesperanza de que no se volverán a repetir. Nosotras te
queremos más y se nota. Si dejamos de ir a verte a tu casa no es que el problema
sea contigo, es con el desastre que elegiste de marido. Odiamos su forma de
vestir, de hablar y de referirse a ti. ¿Has pensando en el día después? Será
como una gran resaca de la que no te podrás librar fácilmente.
Para no quitarles más tiempo y puedan disfrutar de los vedetos, finalizo
deseándote la mejor de las suertes y que ésta noche, tu última noche, la
aproveches al máximo que de aquí no sale. No te tomes esto como una humillación,
es un desesperado llamado de atención. La soltería da alegría y no debemos
enjaular algo que es contra natura, porque la naturaleza es sabia, no se casaría
con nadie. Perdónala señor, no sabe lo que hace. Aquí te estaremos esperando
para tu despedida de casada.
(Del blog: Cuando se cierran puertas)
(Del blog: Cuando se cierran puertas)
0 Gotas de Lluvia sobre mi Paraguas Rojo:
Publicar un comentario