Hace tiempo que no te pienso. Tengo tu recuerdo
atado a una cadena enorme en el fondo de mi memoria. Sin embargo, a veces,
flaqueo y me quedo insulsamente pensando en ti y en lo que fuimos una vez: dos
personas que se amaron mucho y que tuvieron que romper por circunstancias de la
vida.
A veces, como hoy, me permito un desliz. Me dejo
llevar por el lado oscuro de mi corazón y te hago presente. Saco tu cadáver del
armario de mi pasado y te cuento imaginariamente cómo me siento. Estoy mejor. Ya
mucho más recuperada de nuestro tormentoso final. Guardaba para ti tantos
momentos…tantas palabras de perdón, de ira, de desesperación, de preguntas…me
dejaste con tantas dudas… con tantas exclamaciones… con tantos interrogantes… y
ya ves: ahora no consigo recordar nada de lo que quería preguntarte ni gritarte.
Me dan igual los cómo y los por qués. No tengo nada que echarte en cara.
Simplemente uno de los dos amó más al otro. Sigo pensando que fui yo, aunque te
enfades cuando lo digo. El amor no tiene dimensiones: ni volumen, ni peso. ni
lados, ni entiende de raíces cuadradas… no se puede medir o… sí, pero eso ya no
importa. Quiero creer que tus palabras eran sinceras y que me amaste de la mejor
forma que sabías y con todo lo que podías amarme. Por eso no guardo rencores, ni
reproches, ni dolor… bueno sí, dolor sí, un poco. Menos que antes, pero para ser
sincera aún me dueles.
Imaginaba –tonta de mí- un final feliz contigo.
Una vida real llena de instantes bonitos y sin embargo todo se quedó en un
instante lleno de vidas virtuales que acabó convirtiéndose en humo.
Hace poco más de un mes, en un arrebato de
debilidad, me permití la licencia de hacerte una señal con cualquier excusa. Mis
motivos eran pueriles, pero creí entonces que merecía la pena quemar un último
cartucho. Tú me contestaste, en un tono gélido, como quien habla del tiempo de
forma incómoda en el ascensor con un vecino con quien no tiene relación alguna.
-Soy yo-pensé para mí- ¿tanto he cambiado que me tratas como al
repartidor de pizzas? Supongo que ya has pasado página y que ya no estoy
entre tus pensamientos recurrentes como antes. Tendré que hacerme a la idea de
que no estás y de que ya nunca más vas a estar. No debería y sin embargo, a
veces, como esta noche me da por pensarte y entonces rompes todos mis esquemas,
echas por tierra mi actitud de persona madura y civilizada que puede seguir con su vida tras una ruptura
sentimental y entras en mis rutinas
colándote como el viento.
...Y entonces ocurre que me sobreviene la lluvia
a los ojos y te pienso, y pienso que aún una parte de mí te quiere y quiere que
vuelvas…porque te echa de menos. (La Dama)
2 Gotas de Lluvia sobre mi Paraguas Rojo:
Me encanta tu escrito y me siento muy identificada con lo que dices
Me siento igual que tú
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