Sobre gustos, disgustos y debilidades

miércoles, 1 de octubre de 2008


Me gustan los atardeceres en otoño, especialmente en octubre, las gominolas con sabor ácido y el regaliz rojo, la gente que sonríe mirándote a los ojos, el cosquilleo en el lado derecho del cuello cuando alguien respira así de cerca. No me gusta el regaliz negro. Me gusta un abrazo improvisado de alguien a quien le cuentas un mal día y los besos espontáneos, que no se piden.

No me gusta el helado de chocolate. Me gusta el olor a barniz. No me gusta el anís. Me gusta el café con crema en mitad de las noches en que me tengo que mantener despierta. Me gusta París a cualquier hora.

Me gusta la hierbabuena, la canela y el clavo. Me gusta el zumo de frutas del bosque y las fresas con nata. Me gustan las conversaciones tras los cristales de una cafetería, especialmente si en la calle está lloviendo en ese momento. No me gusta la gente que prejuzga. Me gusta ser abogado del diablo cuando todo se ha dado por perdido, dar puntos de vista diferentes y pensar que no todo es blanco o negro, sino que hay una extensa gama de grises.

Me gustan (me encantan)las películas de Isabel Coixet. Me gustan las mujeres-Almodóvar, tan arrebatadas y con esas vidas tan canallas. Me gustan las bandas sonoras, la fotografía y el vestuario del mundo Almodóvar, porque me recuerdan a otra época lejana. No soporto la excentricidad de Tarantino. Me gusta la magia de Tim Burton. Adoro las letras de Sabina. Me gusta su voz rota y aguardentosa. Me pierdo leyendo a Rosa Montero y me apasionan, a ratos, los cuentos de Isabel Allende y Benedetti y las historias de Cortázar. No suelo ver dos veces la misma película, pero sí releo con frecuencia los libros que me han marcado y los subrayo para memorizar pasajes.Me enamoro de los personajes que interpreta Edward Norton y confieso que me hubiese gustado ser Naomi Watts en "El Velo Pintado".Me encantan las canciones de Elton John, especialmente en las tardes de otoño.

Huyo de la sensiblería, busco la sensibilidad. No me gusta la gente que no deja hablar a la gente. Me gusta el gel de baño de menta y los bombones de la Caja Roja de Nestlé. No me gustan las prisas ni los horarios rígidos. No me gusta ser impuntual, pero no tengo remedio, aunque estoy haciendo terapia para reinsertarme en esta sociedad llena de relojes.

Me gusta pasear por la playa en invierno. No me gusta madrugar. Me gusta estar en la cama una noche de tormenta. Me gusta la Luna. Me gustan los gatos por su independencia. Me gustan los perros por su lealtad. Me gusta hablar con los amigos y recordar tiempos pasados. Me gusta mirar atrás y seguir reconociéndome en la persona en la que me he convertido. No me gusta la hipocresía ni la prepotencia. Me gusta Madrid y su desorden de gran ciudad. Me gustan las burbujas de jabón y los perfumes con vainilla.

Me gusta el agua calentita de la ducha por las mañanas y el olor a café recién hecho. Me gusta hacer balance de la noche en los semáforos en los que me detengo, casi hipnotizada después del insomnio involuntario. Me gusta montar en bicicleta, porque desde una bicicleta el mundo se ve de otra manera. No me gusta la gente que se impacienta en los semáforos. No me gusta la gente que trata a los demás como si fueran cucarachas. Me gusta la gente que trata a las cucarachas como si fueran personas. No me gustan las arañas ni los mosquitos. Los mosquitos son el enemigo. Me gustan los muebles de rattan y el olor a madera. Me gustan los tonos beige, camel y marrón. No me veo de fucsia ni de naranja.

Me gusta leer en un sofá con las piernas recogidas. Me gusta la penumbra y la luz de las velas aromáticas. No me gusta la deshumanización que estamos sufriendo. Me gustan las rosas de color salmón y los tulipanes azules. No me gustan los besos con olor a tabaco.Me gustan los baños de espuma con velas. Me gusta leer con un jersey de mangas ensanchadas de tanto estirarlas. No me gusta usar paraguas bajo al lluvia, pero en caso de extrema necesidad, me gusta que sea rojo. Me gustan el té y la menta-poleo. Me gusta saltar sobre los charcos. No me gusta hablar en público, aunque trato de superarlo con terapia de choque. No me gusta notar que me tiembla la voz cuando me pongo nerviosa.

Me gusta mirar a alguien mientras duerme, especialmente si esa persona me roza el corazón…

(La Dama)

1 Gotas de Lluvia sobre mi Paraguas Rojo:

Anónimo dijo...

Preciosa descripción, Dama.

Muy bonito.

 

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