Resaca

lunes, 2 de junio de 2008

Tienes el abrigo blanco en el suelo y el edredón envuelto en las sábanas sobre la cabecera. Te ha despertado el frío y te encuentras durmiendo en los pies de la cama. Has dormido diez horas de forma intermitente, pero lo vives como si te hubiesen operado hace tres días y no pudieras despertar de la anestesia. Llevas puesta sólo la parte de arriba del pijama y tienes tapadas las piernas con un albornoz. Huele a café y a tostadas, pero no son para ti.
Te has mirado al espejo y te han entrado ganas de volver a la cama. Pero has decidido ordenar tus cosas: tus papeles, tu ropa, tu neceser... Todo está hecho un desastre y no puedes encontrar nada cuando buscas algo. En el estuche el maquillaje se ha abierto y ha llenado de light honey la máscara de pestañas y el fondo de la bolsa. Te gustaba mirar tu neceser lleno de pinturas nuevas, pero la estabilidad envuelta en Maybelline y Bourgeoise te ha durado poco. Te ha dado por ordenar, ordenar cosas, lo tuyo y lo de los demás. Limpiar, pulir, abrillantar. Necesitas una catarsis completa, interna y externa. Te duchas, te lavas el pelo, lavas tu pijama, te pones ropa limpia, cambias las sábanas de tu cama, abres las ventanas para que entre la brisa purificadora y la luz solar que inunde tu cuarto sombrío… Ahora te da por cocinar. Bueno, en realidad calentar en el microondas los restos de anoche. Esperar que suene la campanilla del microondas y leer mientras esperas, e-mails de tus amigos. Dos nuevos correos desconocidos. Piensas: nuevos mundos por explorar. Pones a Barry White bajito, suena “Love serenade ”:

Take it off
Baby, take it all off
I want you to wave your hand to the world
I dont wanna feel no clothes
I dont wanna see no panties...

Y sacas del armario un vestido de seda estampado que no te ponías desde hace mil años, sólo para comprobar que te sigue quedando bien. Canturreas al ritmo de Barry y le haces los coros al más puro estilo americano, con la voz grave y una ceja arqueada, como tus divas favoritas de los años 50, improvisando lo que no te sabes y bailando con el plumero como si te cogiese de la mano Fred Astaire . Y bailas como una posesa, como si cada movimiento tuyo decidiera las mareas de la tierra, los terremotos y las erupciones volcánicas. Haces un fouetté y se dispara un géiser en Islandia, un bourreé y tiembla el Krakatoa… Te mueves en la cocina como un druída creando recetas mágicas. Cocinando un nuevo “yo” como un soufflé. Y entonces te acuerdas de tu maestra y mentora: Ally Mcbeal y de los sueños extravagantes del detective de Twin Peaks y empiezas a ver bebés y enanos que danzan contigo al ritmo de Barry White. Y compruebas que ha nacido una nueva “yo” capaz de reinventarse a sí misma, después de una noche de resaca.

La Dama

0 Gotas de Lluvia sobre mi Paraguas Rojo:

 

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