Mi Belén Viviente

lunes, 2 de junio de 2008

En estas fechas en las que se ponen tan de moda los belenes, yo estoy creando el mío propio.
Mi San José es “El Hombre de lágrimas de miel” tiene el semblante siempre triste. Desconozco el motivo. Hace unos meses se quedó sin trabajo, pero ya antes vestía color tristeza. Su mujer vino a hablar conmigo hace una semana: dice saber que a menudo él llora por los rincones, pero que sus lágrimas no las ve nadie porque se quedan dentro de sus ojos. Yo me las imagino más densas que las lágrimas del resto del mundo, sin brotar, como si fueran de miel, porque su mirada es dulce, como la de la mascota de un niño abandonada al llegar el verano.
Mi Virgen María es sin duda “La Dama de Shangai”. No sabe leer ni escribir. Tiene siete hijos, pero estas Navidades las va a pasar tan sólo con un hijo-cuervo y un marido-ogro. El hijo pródigo bajó a los infiernos a desafiar a la vida y ha regresado del reino de Hades. Ella le ha dado mil y una oportunidades. Ahora pinta paredes de color azul cielo. No sé cuanto tiempo le durará esta vez la cordura, hasta su próximo…suicidio interno. Su otra sombra es un ogro borracho y maltratador con el que ha pasado su única y peor vida, aunque ahora es un anciano decrépito que tan sólo produce el peor de los sentimientos que alguien puede despertar: lástima.
Mi Rey Melchor es “El Domador de pulgas”, el hombre que perdió la sonrisa hace tres años y aún la está buscando. Hace miniaturas. Es la única persona que conozco capaz de perderse en lo diminuto. Fabrica laberintos para ratones blancos y jaulas para pájaros raros de colores.
Mi Rey Gaspar es un personaje sacado de una obra de García Márquez “El Coronel no tiene quien le escriba”, un veterano de la Guerra Civil. Tiene cicatrices en una pierna, pero esas no duelen tanto como la soledad que arrastra al saberse el último de los supervivientes de aquellas batallas que cuentan los libros de historia y que él vivió en primera persona. Tuvo un hijo que murió en un accidente y una hija que vive en París adonde fue a aprender un oficio y no volvió nunca más. A veces por estas fechas le envía fotos de los nietos a los que vio en una ocasión hace más de quince años. Se siente cansado, viejo y muy solo desde que perdiera a su mujer hace dos años. El tiempo inexorable, le está ganado la última batalla...
Mi Rey Baltasar, este año será Reina, “La Mujer de los ojos de Bette Davis” porque ella puede hacer magia y es capaz de convertir un día gris en una puesta de sol.
En mi Belén tengo ángeles, como: el hijo deficiente de “La Dama de las Camelias”, que tiene con ella un lenguaje de signos propio; un lavandera: “Aldonza Lorenzo”, la mujer de cuya risa salen mariposas; una pastorcilla: “La Chica de las botas rojas”, una Caperucita del siglo XXI… Pero el gran protagonista del Belén, el Niño Jesús, es sin duda: el bebé de “La Niña que quiso vivir demasiado deprisa” que no entiende por qué aquel que le prometió el mar la abandonó cuando ella decidió tener a su hijo y dejar de jugar a las muñecas…
Ésta va a ser una bonita Navidad, no me cabe la menor duda…

La Dama

0 Gotas de Lluvia sobre mi Paraguas Rojo:

 

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