La Vida dentro de una Lata de Anchoas

lunes, 2 de junio de 2008

A veces tengo la sensación de vivir dentro una lata de anchoas, donde mi espacio vital está ciertamente limitado por las anchoas adyacentes.
Todos los días hago propósito de enmienda nada más levantarme. Y a menudo el día promete que las cosas van a mejorar. Pero la historia se repite: a mediodía hay cientos de personas desfilando ante mis ojos de tahúr demandando atención. Entonces cuando me saturo desconecto y la gente pasa delante de mi retina como personajes de una película de cine mudo. Empiezo a verlos en blanco y negro. Disfrazados de época -años veinte, por lo general-. Veo como mueven los labios y cómo exponen sus historias a cámara rápida. Por el contexto trato de seguir la conversación, aunque a veces acabo errando la respuesta. Pero estoy entrenada. Lo tengo todo previsto: tengo un millón de miradas penetrantes y de respuestas-comodín que sirven para cualquier ocasión. A menudo observo que lo de menos es precisamente la respuesta. En realidad pretenden tan sólo desahogarse, porque a su vez ellos son habitantes de otras miles de latas de conserva, donde también se sienten ahogados. Tan sólo necesitan salir a respirar de vez en cuando. Sé que yo soy en ocasiones esa burbuja de oxígeno. Y trato de poner una mirada atenta con los ojos bien abiertos. Tengo la técnica muy desarrollada. Debo de parecer muy convincente porque generalmente mis anchoas vuelven satisfechas a sus latas.
Me siento como Amelie Poulain reconstruyendo fotos descuartizadas, dándole vida al gnomo del jardín de su padre, observando a través de su ventana a “El Hombre de cristal”, escribiendo falsas cartas de amor a su portera o intentando averiguar quién fue el niño de los juguetes escondidos en un agujero de la pared… Dentro de una lata de anchoas la Magia también existe tan sólo si tú crees en ella.

0 Gotas de Lluvia sobre mi Paraguas Rojo:

 

Copyright © 2009 Grunge Girl Blogger Template Designed by Ipietoon Blogger Template
Girl Vector Copyrighted to Dapino Colada